El Libro XX de las Etimologías trata "de las provisiones y de los utensilios domésticos y rústicos".

Se trata de un capítulo largo, minucioso y detallista. Ocupa su mayor parte los utensilios propios de la casa y los que necesitamos y usamos para comer, beber, vasijas y recipientes y lechos para dormir.

El primer punto, breve, es sobre las mesas (…) en segundo lugar trata de la comida (…) a continuación se alarga hasta 37 apartados diferentes en los que habla de todo: la harina, las carnes, el cocido, lo rancio, el tocino, los pescados, la leche, el cuajo, la miel, etc.

El punto segundo es la bebida, en él el vino tiene una parte importante, la cerveza, las salsas. El cuarto punto es la vajilla: su composición o la materia de que este hecha, las vasijas, el plato, la fuente, para terminar con esta notable advertencia “15. En lo tocante a la vajilla hay que atender a tres detalles para que resulten gratas a la mano del artista, al peso de la plata y al brillo del metal”.

A continuación siguen unos puntos más breves sobre vasos para beber, vasijas para el vino y para el agua, recipientes para el aceite, vajilla de la cocina, recipientes para guardar cosas, recipientes luminosos.

El punto undécimo trata de los lechos y asientos, el lecho, la cama, con diferentes derivaciones: camastro, litera, cuna, escaño. A continuación las sillas: sedes, solio, silla curul, escabeles. Describe, después, los vehículos y otras cosas que se emplean. Y termina con los utensilios usados en la labranza: apero de labranza, maquinarias hortícolas y, finalmente, los arneses de los caballos.